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En agricultura la llegada del buen tiempo coincide con la intensificación de los trabajos en el campo; de hecho, después del invierno, marcado por un estancamiento aparente pero que oculta procesos fundamentales para la siguiente productividad de los cultivos, comienza el momento de la siembra y de los trasplantes.

Sin embargo, es un momento afectado por la condición de sequía que caracterizó el año pasado y que nos acompañará también este año – según el Boletín de enero 2023 emitido por el Observatorio sobre la sequía «debido a las escasas lluvias y temperaturas por encima del promedio los grandes lagos y los mayores ríos del norte […] están sufriendo» y la «reserva de nieve fundamental para abastecer de agua a los ríos y lagos en las estaciones más cálidas […] aún no es suficiente para colmar el déficit generado en la estación anterior» – .

Otros datos dignos de señalar, en el mes de marzo de 2023 el norte de Italia presentó un saldo negativo de 500 mm de agua, lo que significa que a comienzos de la presente estación se iniciará no de cero sino de -500 mm. Los expertos estiman que para superar esta diferencia debería llover por más de 30 días con un promedio de aprox. 20 mm diarios. Esto plantea un segundo problema: en los últimos años, cada vez más frecuentemente vivimos fenómenos meteorológicos extremos, que conllevan una gran cantidad de agua junta.

Por tanto, se requiere una readecuación, o más bien, una reconsideración, de la gestión del agua y del riego, en particular durante la primavera y el verano cuando la demanda es mayor, con la seguridad de que el cambio climático está transformando el medioambiente y es improbable que se produzca un retorno a las condiciones anteriores. Se trata de una acción que beneficiaría todo el sector agroalimentario e incluso también al consumidor final.

Organizarse para almacenar el agua cuando es posible es, para nosotros, un punto de partida. Para ello se pueden utilizar cisternas flexibles, que tienen una óptima capacidad – de 100 a 200 m³ de agua – . Esta solución es la más aceptada por los agricultores por dos motivos importantes: los costes son relativamente bajos – se habla de aprox. €3200 por una capacidad de 80 m2 – y no se requieren permisos para la instalación porque solo se deben apoyar las cisternas en el terreno. Otra opción, sin duda, más costosa pero estructural, es la creación de pequeños lagos o embalses de gran capacidad. Estas represas se pueden construir dentro de la propia empresa agrícola, pero tienen costes elevados y presentan problemas desde el punto de vista burocrático-administrativo. Aunque se hayan efectuado diversos llamamientos para incentivar esta estrategia, en la actualidad la creación de una represa artificial es bastante compleja, a pesar de ser potencialmente la mejor solución para la gestión del agua, como lo demuestran las regiones del sur, Sicilia y Cerdeña principalmente.

De todos modos, el almacenamiento del agua, mediante depósitos flexibles o represas, implica una segunda gran ventaja, es decir el ahorro energético. Extraer el agua almacenada de esta manera, con respecto a su extracción de un pozo, no exige el uso de una bomba de profundidad, sino que es suficiente una bomba con una absorción menor, con un consiguiente ahorro económico considerando los costes energéticos elevados. De hecho, se podría utilizar el pozo en las horas nocturnas, cuando la energía cuesta menos, almacenando el agua en los depósitos, para luego regar los cultivos durante el día, utilizando bombas de superficie de consumo menor.

Las bombas con bridas de unión mono y multietapa Caprari de la serie MEC son ideales en este caso: se trata de bombas para el riego y el suministro, pensadas para mantener una alta fiabilidad de funcionamiento en todas las circunstancias. Están disponibles en un elevado número de modelos para satisfacer todos los puntos de trabajo requeridos. Además, permiten un elevado ahorro energético y son fiables en el funcionamiento, gracias a las excelentes prestaciones hidráulicas y a las exclusivas soluciones técnicas. El sistema EasyFit facilita el mantenimiento ordinario, además de permitir el acceso a la zona de retención con facilidad y la extracción sin esfuerzo de los cárteres de protección, para luego abrir el prensaestopa y sustituir la estopa.

El presente nos está exigiendo un cambio de paso; el cambio puede dar miedo, pero sigue siendo el primer paso de la innovación.

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