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siccità elettropompe

El agua es un recurso fundamental, tanto en la vida como en la agricultura. Esto se ha hecho más evidente que nunca en los últimos años debido al cambio climático. Según datos del Observatorio Mundial de la Sequía (Global Drought Observatory), en agosto de 2022 Europa se encontraba en una situación alarmante, con falta de humedad en el suelo y la consiguiente vegetación seca, el clima excepcionalmente cálido que aumentaba el riesgo de incendios y niveles muy bajos de agua en los ríos. La sequía del último verano en Europa ha sido la peor de los últimos 500 años. Incluso en Italia, 2022 fue un año crítico, con precipitaciones reducidas a la mitad con respecto al año anterior, hasta el punto de calificarse, según las investigaciones realizadas por el Istituto di scienze dell’atmosfera e del clima del Consiglio Nazionale delle Ricerche (Instituto de ciencias de la atmósfera y del clima del Consejo Nacional de Investigación), como el año marcado por la mayor sequía.

Además de la sequía, cabe señalar que en los últimos años se ha producido una intensificación de los fenómenos meteorológicos anómalos, que pueden dar lugar a inundaciones o inestabilidad, especialmente en aquellas zonas caracterizadas por la falta de cobertura forestal o de prácticas agronómicas intensivas. Según el Osservatorio Città Clima de Legambiente, en 2022 se produjeron 310 fenómenos meteorológicos extremos, un 55% más que en 2021.

Esta situación provoca condiciones críticas en la agricultura, ya que el agua escasea precisamente en las épocas del año en las que los cultivos más la necesitan, con graves perjuicios para las cosechas y la producción. Incluso los pozos, que siempre han sido una fuente de almacenamiento de agua, con la bajada de las capas freáticas, ya no lo son: un pozo a 20 metros de profundidad en la actualidad ya no es una garantía. De hecho, la falta de lluvia y nieve, así como el clima cada vez más cálido, provocan una menor reserva en las capas freáticas. Además, el agua contenida en el pozo, debido a su bajo nivel, se caracteriza por una elevada presencia de detritos, arena y arcilla, que dañan la bomba y el tubo utilizado para extraer el agua.

Consciente de esta situación, Caprari ha diseñado la gama Desert Energy de electrobombas sumergidasde 4” y 6′ ‘, concebidas para aplicaciones con altos contenidos de sólidos y arena, hasta 300 g/m³ gracias al nuevo sistema espaciador SAND-OUT System® CAPRARI de patente internacional. Son bombas para pozos pequeños y medianos, que combinan elevadas prestaciones con una larga vida útil, lo que permite un ahorro a lo largo del tiempo, en condiciones de trabajo muy duras. Cuentan con una válvula innovadora, diseñada para eliminar las pérdidas de carga, fabricada de acero inoxidable que garantiza una gran robustez y cuya forma alargada permite un mantenimiento más sencillo. Además, la patente internacional DEFENDER® CAPRARI garantiza la resistencia a la corrosión.

Dados los cambios que se están produciendo en las capas freáticas, es aconsejable realizar algunas modificaciones en las plantas, instalando sistemas de filtración adicionales y válvulas adecuadas para modificar el caudal del pozo, a fin de limitar la presencia de detritos y evitar la creación de movimientos turbulentos en el interior del tubo, que lo desgastarían con el tiempo.

Si bien se trata de soluciones pensadas para pozos que tienen una profundidad calculada en función de cómo estaban las capas freáticas hace veinte años, por ejemplo, en los pozos de nueva construcción el descenso de las capas dará lugar a nuevas profundidades, que, sin embargo, requieren bombas de mayor potencia y, por tanto, se traducen en costes de extracción más elevados, sobre todo en un periodo de crisis energética como el que atravesamos actualmente. También aquí Caprari resulta ser una gran ayuda gracias a sus electrobombas sumergidas de la serie Desert Energy o bien de la serie Energy de fundición: ambas acopladas con los motores sumergidos Caprari aseguran un gran ahorro energético manteniendo un alto rendimiento.

Las bombas serie P son una alternativa a las bombas sumergidas para el uso en pozos. Aprovechan la extrema fiabilidad y robustez de las bombas sumergidas y los motores eléctricos de superficie, con rendimientos muy elevados (clase de eficiencia IE3/IE4). Además, las bombas de la serie P pueden accionarse mediante motores endotérmicos y tractores, lo que permite la máxima flexibilidad de empleo.

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